Las hadas nos enseñan que existen grandes maestros que pretenden hacernos sentir mal pero eso es consecuencia de su propio estado de malestar interior. El reto consiste en no permitir que ese estado que ellos expanden se instale en tu corazón. Para ello es preciso que tengas presentes técnicas de arraigo y de respiración consciente que te sostengan plenamente en el instante pero libre, sin ataduras ni toxicidades ajenas.
En momentos de zozobra acuérdate de agradecer todo lo experimentado y de vibrar, ser uno con vida multiplica sus efectos, mucho más que haciéndolo cuando vivimos experiencias calificadas como positivas pues cuando alguien pretende interferirnos en esta labor, debemos hacer un esfuerzo y este acto se convierte en un suplemento extra que añade mayor fuerza y sabor a nuestra receta creativa cuyo resultado será mayor al haber añadido el ingrediente extra del esfuerzo para no dejarse vencer y mantenerse focalizado en el propósito que el instante lleva.
Estos maestros no saben que si sabemos gestionar adecuadamente lo que ellos nos envían, nos colocan en nuestro papel más genuino de creadores, si somos capaces de no dejarnos manosear emocionalmente y de mantener una mente clara y firme que orienta cada paso, experimentado a flor de piel y encaminado a las obras creadoras del alma.
Las hadas nos recuerdan que la vida está llena de estos maestros que no predican con el ejemplo y que nos estimulan a adoptar una actitud opuesta a la suya para desarrollar en nuestro interior aspectos opuestos a los suyos y así poder bloquear su efecto pernicioso en nosotros y además provocar que nosotros sigamos adelante con nuestro arraigo en el ahora, sin perdernos un sólo instante y sin perdernos en nosotros mismos, sino más bien habiendo encontrado nuestro mayor punto de anclaje, vibrante, latiente, sintiente: el corazón.
Estos maestros a quienes pudiéramos llamar maestros invertidos pues en ellos también puede existir incoherencia ya que a menudo nos hablan sobre como debería el mundo hacer las cosas más cuando ellos experimentan las mismas situaciones en sus carnes, no hacen lo que nos habían aconsejado u impuesto, también pueden venir a darnos una lección para tomar consciencia de algún aspecto oscuro de nuestro interior que debemos pulir (bien ya superado por ellos anteriormente o que bien posteriormente deberán de superar en su propia experiencia) o bien también pueden mostrarnos que nosotros en algún o algunos aspectos guardamos incoherencia y que, por tanto, es nuestro momento de tomar conciencia de ello, aclararnos y dejar atrás la confusión.
Imagen registrada en Safe Creative*
Según las hadas, es necesario trabajar en tener una mente clara pues toda incoherencia en uno mismo resulta siempre acumuladora de karma. Hay maestros invertidos que actúan y vibran en el lado que etiquetamos negativo en la balanza y, por tanto, no tienen remordimiento alguno en hacerlo así por una cuestión de convicción o certeza en lo que hacen, así, aquí no habría incoherencia por su parte pero experimentar en un lado de la balanza que genera daño a nuestros semejantes siempre acarrea acciones correctivas en un futuro para elevarse en la paz, el amor y la compasión y compensar a las almas que han recibido el dolor que nosotros les generamos.
No dejarse arrastrar por estos maestros invertidos y considerarlos como una valiosa señal de aprendizaje constituye una enorme garantía de evolución del alma que nos avisa de los aspectos a trabajar en nuestra misión de recuerdo, independientemente de lo que le acontezca al maestro invertido que por mucho que pretenda enseñarnos a buen seguro también tendrá algo que aprender de nosotros, lo cual, esto último pocas veces hará absorbido por su rol impositivo hacia nosotros. Eso nos garantiza que si somos capaces de aprender lo que consciente o inconscientemente viene a enseñarnos, quizás seremos nosotros quiénes en generaciones futuras le recordaremos precisamente lo que éste olvidó y que sin embargo nos hizo recordar.
No dejarse arrastrar por estos maestros invertidos y considerarlos como una valiosa señal de aprendizaje constituye una enorme garantía de evolución del alma que nos avisa de los aspectos a trabajar en nuestra misión de recuerdo, independientemente de lo que le acontezca al maestro invertido que por mucho que pretenda enseñarnos a buen seguro también tendrá algo que aprender de nosotros, lo cual, esto último pocas veces hará absorbido por su rol impositivo hacia nosotros. Eso nos garantiza que si somos capaces de aprender lo que consciente o inconscientemente viene a enseñarnos, quizás seremos nosotros quiénes en generaciones futuras le recordaremos precisamente lo que éste olvidó y que sin embargo nos hizo recordar.
Autora texto e ilustración: María Jesús Verdú Sacases
Texto e ilustración inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual
Técnica ilustración: Pastel
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