jueves, 30 de junio de 2011




El silbido de la brisa me acaria el corazón,
cuando el sol abre los ojos al alba
y sus rayos abrazan nuestros sueños.

Entonces los ángeles despliegan
un velo de silencio y de libertad,
mientras seguimos dormidos
y nuestras alas nos llevan
al interior del ser.




Halos de luminosos cobran vida
y se deslizan juguetones
entre imágenes fugaces
que a veces olvidamos
al despertar,
pero la luz sigue con nosotros
pues pende del alma,
y le muestra al mundo
nuestra belleza.
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viernes, 24 de junio de 2011

Las Hadas del Alma


Érase una vez una joven renacida a quien el destino situó frente a una entrada en el bosque donde había una mesa con un mantel de algodón y una taza de café humeante. Aunque la mesa estaba en el suelo, parecía que estuviera suspendida en el aire pues un halo de luz profunda y luminosa la rodeaba y la transformaba en etérea y ligera.

La joven no pudo resistir la tentación de sentarse a la mesa y tomarse esa deliciosa taza de café. Cuando lo hizo, se vio envuelta en su propia luz del alma la cual era rodeada a su vez por un arco iris de colores. Miles de hadas presenciaban la escena. Sin duda, la joven había accedido al reino de las hadas y la mesa y la taza de café habían sido la puerta de acceso a la dimensión hadada.

La luz del alma de las hadas era perfectamente visible y aportaba un halo de belleza a esa dimensión grácil, sutil y apacible.


Las hadas le explicaron que la habían atraído hasta allí para enseñarle una lección. La luz del alma suele resultar invisible a los humanos, sin embargo, siempre ha estado y está allí y es la que les conduce a cumplir su misión, si el corazón está apaciguado y el alma asume su papel de conductora en los pasos de la vida.


Las hadas también le contaron que el arco iris de colores simboliza las distracciones que sumen al humano en la confusión y la distracción para que, de esta manera, desoigan los llamados del alma. La distracción puede ser una luz de colores, una falsa promesa u otorgar un papel predominante al ego separatista y devorador, entre otras razones. La distracción siempre estará ahí, envolviendo al alma, pero el secreto reside en abrirle los ojos al alma y estar alerta a su voz y luz interior, independientemente de lo que la rodee.

La voz y la luz del alma manifiestan nuestra grandeza y convierten cada paso en un milagro del camino y, a todo aquello que nos llega, en un preciado regalo.

Las hadas permitieron que la joven pudiera ver la perfección de la luz de su alma y ésta quedó tan maravillada que no entendió como tanta belleza pudiera haberle pasado inadvertida hasta entonces por lo que les prometió a las hadas que a partir de ese momento no iba a olvidar el regalo de la vida que le había sido encomendado por su alma: sentirse a sí misma como el más preciado de los dones.

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viernes, 17 de junio de 2011

El hada y el niño del bosque



Éra
se una vez un hada que se hallaba observando desde hacía tiempo a un niño. Lo había atraído hacia él su corazón noble y limpio y a ella le agradaba adentrarse en sus emociones y sentir su silencio interior. Era un niño tranquilo y sensible que vivía en una granja en el bosque y desde pequeño había aprendido a amarlo y a respetarlo.

Conocía el
lenguaje de los animales y le encantaba jugar con la brisa. En el bosque siempre había encontrado a un amigo invisible que se hallaba presente en el borboteo del agua, en el movimiento de los animales y en suave el balanceo de las ramas de los árboles con el viento en otoño.

El hada quería que su vida mejorara por lo que le envió con su aliento de luz la prosperidad suficiente para que el niño y su familia pudieran mudarse a una mansión en una población cercana a la ciudad. La familia fue feliz por ello pero el niño echaba de menos la intimidad de las praderas, las luces de las luciérnagas en las noches de verano, el canto de los grillos que retaba al silencio nocturno y la brisa juguetona que se colaba entre las vigas del granero de su antigua granja junto a los rayos del sol.

El niño sentía melancolía por la espontaneidad de los animalitos y el vuelo grácil de la alondra o la majestuosidad de las alas de las águilas, esos señores que reinaban en el cielo de las alturas y que vigilaban las cumbres nevadas. A veces, el niño soñaba con que esas enormes alas lo abrazaran. Él consideraba a las águilas como los vigías del cielo y sabía que algún día sus alas protegerían al mundo.

Al niño su mamá le leía cada día cuentos de hadas. Las hadas velaban por los animales y las plantas del bosque. El niño se imaginaba en secreto siendo invisible como ellas y mirando a los demás con una mente neutral libre de juicios y de cargas. Esa ligereza le hacía elevarse por encima de sus pensamientos.

Un día el hada consiguió ver la luz del corazón del niño y se dio cuenta que con la nueva situación, el niño había dejado de ser tan feliz como cuando lo era en el bosque, cerca de los árboles, de los lagos, de la caricia del aire, de la frescura de las gotas de rocío y de la belleza del amanecer. Así que el hada propició que un día el niño, ahora ya adolescente, se acercara al bosque y se percatara de que la granja de su infancia estaba en venta. No se lo pensó dos veces y convenció a sus padres para que la adquirieran. Fue restaurada y desde entonces él sigue contemplando las estrellas desde el techo abovedado de su alcoba y dándole las gracias a su hada por el retorno a su adorado hogar.

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domingo, 12 de junio de 2011

El Hada de las Estrellas Doradas te cuenta...












Soy el Hada de las Estrellas Doradas.

He nacido del regazo de constelaciones de miles de años.

Me visto con los colores del Universo.

Los rayos de las estrellas impregnan mi corazón.

La sabiduría ancestral llueve en mi alma.



Me acerco para escuchar tus sentimientos.

Tu voz está latente en mi corazón.

Sigo tus pasos y te envío mi magia con el calor de mis alas,

rodeando tu aura de luz y percibiendo tus latidos.


Estoy aquí para ayudarte a sentir la vida

en conciliación con el instante,

en plenitud, en calma y abrazando el momento.


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Más agradecimientos


Quiero agradecer a la Editorial Letras Nuevas de Buenos Aires (Argentina) que haya publicado meditaciones, cuentos y poessías de mi autoría. aquí os dejo el enlace:

http://www.letrasnuevas.com.ar/indexobraspublicadas.html

Como cada mes, la revista literaria Letras publica textos de mi autoría. En su ejemplar nº 35 de este mes de junio publica en sus páginas 14 y 15 de la sección de Comocimiento mi artículo: El origen del amor. Una vez más, gracias a su director Salvador Moreno y a su subdirector Rubén Sancho.

Aquí os dejo el enlace:


viernes, 3 de junio de 2011

Leyenda de las rosas mágicas


Érase un vez un bosque mágico lleno de hadas y de gnomos que cuidaban de sus flores y árboles como si fueran el más preciado de los tesoros. Cuenta la leyenda que en ese bosque en primavera florecían los rosales más bellos del mundo. Su aroma era tan penetrante que atraía a los humanos de tal modo que no podían evitar disfrutar de su fragancia. No se sabía si los humanos elegían a las rosas o bien si eran las rosas quienes les elegían a ellos pero lo que sí se sabía era que el embriagador olor de los pétalos transmitía en las personas que se acercaban a tocarlos y a olerlos el don de mantener la serenidad y la prudencia aún cuando las circunstancias no fueran las esperadas pues en cada partícula olfativa residía una combinación de aceptación, desapego y confianza que impregnaba la vida del humano que se dejaba cautivar por las rosas.

De esta manera, las hadas y los gnomos enseñaban a los humanos una fórmula mágica de vida sobre La Tierra que les aseguraba dicha y júbilo.

Cuando la primavera estallaba en el bosque, cada humano que lo visitaba era bendecido con el delicado aroma de las rosas que poseían el don de transformar los corazones de todos aquellos cuya vida estaba destinada a ser un cuento de hadas.

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