La imponente palmera forma con sus hojas un techo al aire libre donde puedes disfrutar en el jardín de uncomedor de verano al aire libre donde gozas de tus comidas y charlas con el ángel con quien pactaste venir a la Tierra. Se convirtió en tu pareja de carne y hueso, en una caricia eterna donde vuestras dos almas se completan y vuelan en paz.
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Tu gallinita enana no se separa de ti. Es tan linda y chiquita que parece un pajarillo de campo. Es feliz contigo y te envía su afecto. Ella percibe la tranquilidad de este lugar y absorbe su energía como un preciado regalo. Este avecilla se ha convertido en alguien especial que emana un amor no sometido a condiciones ni suposiciones. Quédate con ella y visualízala tranquila, correteando y paseándose a su antojo, feliz, despreocupada y libre. Ella es cariñosa contigo y sabe que contigo cerca, ella está a salvo.
Ser, sentir, fluir en tu jardín se ha convertido en un acto que te resulta tan natural que se ha convertido en cotidiano, en parte de cada ahora y es que ser te resulta fácil y sencillo.
Tu avecilla es coqueta y no para de acicalarse y arreglarse las plumas. Te recuerda que no descuides los cuidados del alma ni a tu estilista interior: la voz de tu corazón, de tu intuición o de tu sexto sentido.
Los animales no juzgan y eso es lo que debes aprender de ellos.
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Calificar, etiquetar, suponer, charlar demasiado es un pérdida de tiempo y de energía, acumula karma. Trata de no generar más el resto de tu vida y tu situación vital se volverá tan ligera y mágica como la de las hadas. Además, los charlatanes no soportan a las personas que hablan en su justa medida o que callan pues el silencio les asusta ya que no alimenta su drama.
Los dátiles caen de la palmera. Te recuerdan que no dejes escapar la vida y que los pensamientos de la mente no te tomen por sorpresa ni te conviertan en su rehén. No debes ser cautiva de nadie sino tomar conciencia del estado natural de libertad que respiras ahora.
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El olor de la flor de adelfa te embriaga. También hueles el fruto de la tuya del jardín y su aroma te transmite la frescura e inocencia de los niños y es que los niños son naturales como las plantas: son sin prisa y son sin disfraces, ni aditivos ni máscaras.
Autora texto e ilustraciones: María Jesús Verdú Sacases
Texto e ilustraciones inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual
Técnica ilustraciones: Pastel
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