domingo, 15 de marzo de 2015

La preocupación según las hadas y los duendes

Las hadas y los duendes nos invitan a disfrutar de esa energía traviesa y simpática que cambia nuestras circunstancias y nos empuja a vivir la vida como niños, anclados en el momento, prestándole toda nuestra atención para recrearnos en el ahora, dejarle ser y aprovechar su enseñanza para conocernos mejor.

Las hadas y los duendes nos regalan instantes de felicidad, conciliándonos con nuestro diálogo interior, aprendiendo a ser nosotros mismos, a emponderarnos, a ser responsables de nuestra existencia y a afrontar las circunstancias, a desafiar a nuestros miedos, lo que no nos gusta. 

Preocuparnos sólo sirve para llevarnos a un futuro inexistente y alimentar nuestros miedos, si la preocupación parte del pasado, preocuparse otorga fuerza a un pasado que tampoco existe. En ambos casos, vivimos un escenario inexistente, una función sin fin donde el ego cobra protagonismo, nos manipula y nos aleja de lo que verdaderamente somos. No somos el miedo, no somos la preocupación. Las hadas y los duendes nos enseñan a tomarmos la vida como un juego, como una función  donde venimos a experimentar y a sentir y donde tenemos el rol de director y, por tanto, tenemos el poder de cambiar el guión.

Imagen registrada*
 

La energía revoltosa de las hadas y los duendes nos coloca en situaciones que pueden llegar a resultar incluso divertidas, si aprendemos a observarlas desde fuera, desde una posición neutral o imparcial. Esto nos enseña que no existen los extremos o las posiciones rígidas, que todo es relativo, que varía en función de las circunstancias y nuestro modo de ver las cosas. Son situaciones en las que fluimos sin conocer el final, pero en realidad éste no nos importa, sólo el paso que vivimos ahora y que nos lleva al siguiente, al futuro que estamos creando en este instante, ése que nos acaricia el alma y en el que sentimos la magia de nuestra hada o duende interior.  

Preocuparse es una forma de perder el tiempo, de hacer suposiciones. En lugar de eso, acláralo. Tómate el tiempo necesario para aclarar tu mente, tranquilizarte y sorber el ahora de un trago, pero saboreándolo sin prisa. El ahora es ese amigo invisible que viene a tu vida para quedarse para siempre, formar parte de ti, si te enfocas en él y le ofreces tu amistad o atención.  

Las preocupaciones alejan el ahora de ti.

Autora texto e imagen: María Jesús Verdú Sacases
Texto e imagen inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual
Técnica imagen: lápices acuarelables y pastel blando

martes, 10 de marzo de 2015

El sigilo y la discreción de las hadas

Con sigilo y mucho cuidado las hadas pueden revolotear a nuestro alrededor y deslizarse en nuestras emociones, volando hacia la luz del alma para acariciarla y ponernos en contacto con ella. Ellas nos mostrarán con su discreto vuelo que sentir el alma en su plenitud es llorar de felicidad o estar totalmente seguros de nuestra percepción del momento presente, como si lo viéramos con mayor claridad que antaño. Sin embargo, todos los pasos son necesarios en el camino que nos lleva a nosotros mismos y en el cual se evoluciona dejando atrás estructuras mentales que en su día nos parecieron relevantes pero que ahora han dado un vuelco hacia lo nuevo, lo fresco y lo que está presente en el ahora. 
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Son ideas que ya han quedado atrás y han sido aplastadas o complementadas por lo que el momento nos trae, como una brisa emocional que nos revoluciona, nos eleva y se desliza sigilosamente por nuestra piel pero podemos sentirla con un leve escalofrío. Es esa brisa interior que nos recuerda que estamos aquí y que todo lo que sucedió en su momento ha sido el modo en que el Universo se ha manifestado para llegar hasta aquí. No sabemos cuál será el siguiente paso, pero eso no debe angustiarnos, pues el vuelo de las hadas nos sugiere que confiemos en nuestra intuición y en las respuestas que nos brindará nuestra luz interior en el momento adecuado, si aprendemos a escuchar a nuestro espíritu y a preguntarnos qué es lo que queremos para sentirnos mejor. Pasear diariamente en calma, sentir nuestra respiración pausada y profunda, meditar, llevar a cabo actividades creativas o de voluntariado y, en definitiva, hacer cosas por puro placer aquellas que nos conectan con nuestra verdadera vocación y propósito nos conducirá a un estado de realización personal que nos permitirá vibrar en sintonía con el alma y percibir su belleza. Así, pues las grandes obras son manifestación del alma, de hecho, lo bello, lo auténtico, lo sublime y lo cautivador va perdurando como si de una luz eterna se tratara. 
Imagen registrada* 
Las hadas pueden sentirse atraídas por la creatividad y por la honradez y pueden premiar estas cualidades en aquellos humanos que las poseen, contribuyendo a impulsar o potenciar un nuevo rumbo creativo para enriquecer su existencia o dotarla de mayor variedad o contraste. Son muy ingeniosas y lo lograrán, incluso de modos que habríamos creído inviables.
Actúan con mucho sigilo y discreción y destilan su magia con una luz especial y fascinante, que eclipsa las emociones dañinas y las transforma en belleza y elevación espiritual. Es así como ellas nos ayudan a reconocer y brillar en nuestra propia luz interior, aquella que nos pertenece desde que nacemos, sintiéndonos más conciliados con nosotros mismos, más llenos y ligeros a la vez, como si todo aquello que hemos dejado atrás nos haya regalado unas alas para seguir con mayor libertad, desapego, sabiduría, conocimiento de uno mismo y hayamos logrado emprender nuestro propio vuelo.
Autora texto e imágenes: María Jesús Verdú Sacases 
Técnica imágenes: Acuarela
Texto extraído de mi libro de descarga gratuita: Reflexiones de Hadas y Ángeles de Bubok Editorial