Me siento ligera, libre de ser y protegida
por cada una de las bendiciones recibidas en este 2011
al cual le agradezco todos los milagros
que me han sucedido,
fruto de la magia de las hadas
y de la luz de los ángeles.
Sentirnos hijos de La Tierra,
respetarla y reverenciarla,
puede conducirnos por el sendero
del reencuentro interior
en el cual vamos recordando
lo que en realidad somos
gracias al cumplimiento de nuestra misión.
Gracias por los momentos inolvidables
y también por aquellos
que me han brindado lecciones,
esas huellas
que una vez aceptadas,
se transforman en todo lo bueno
que podemos recibir
y que hemos venido a recolectar
en la cosecha de la vida.
Gracias a mis guías,
por sus muestras de amor
y por ser los mejores maestros.
Gracias a ellos
por como entretejen las circunstancias
que me traen la información necesaria
para un mayor conocimiento
e integración de los acontecimientos,
que acaban convirtiéndose
en regalos divinos
de crecimiento y de evolución.
Gracias por cada maestro que me enseña,
gracias por emocionarme
con las maravillas de la vida,
que cotidianamente
cruzan ante mis asombrados ojos.
Gracias por guiarme hacia lo sagrado
y lo perfectamente bello,
gracias por estar y ser
y por orientarme
en el camino terrenal.
Gracias a todos vosotros
por leerme.
Os deseo un feliz 2012
en el que se manifieste
toda la belleza
que albergáis
en el corazón.
Aquí os dejo mi regalo: