Érase una vez un hada que emprendió su vuelo hacia planeta desconocido para ella. De entre las infinitas posibilidades del Universo, algo la había llevado a parar allí y todo porque se distrajo con los destellos cautivadores de una estrella que parecía haberla guiado hasta allí.
En cuanto llegó, la belleza natural de ese planeta la fascinó y sobre todo porque del centro de ese planeta que le parecía verde y azul, se desprendía una gran vibración de amor que la tenía embelesada.
-Sé que aquí he venido a bailar con el amor –se dijo para sí misma el hada.
Así que el hada emprendió el vuelo en el cielo de su nuevo hogar y lo exploró. Le encantó disfrutar del trino de aves que surcaban los cielos, y de la serenidad y la habilidad con que se dejaban llevar en las alturas, en algunos momentos, manteniendo sus alas desplegadas e inmóviles a la merced del viento…
El hada posó sus alas en un paraíso virgen de vegetación exótica y de aguas tan cristalinas que parecía como si las nubes se tambalearan al compás del ritmo caprichoso de la superficie acuática.
Y el hada seguía sintiendo al amor… Lo veía reflejada en cada muestra de perfección de ese nuevo planeta.
-Bueno, no es tan nuevo- le dijo un pájaro de bello plumaje–. Este planeta permanece desde hace tanto tiempo… Se llama
-Supongo que de ellos desprenden esta ola de amor que percibo en el alma ahora… y también la que proviene del centro de
-Aunque no todo es amor… -dijo el pájaro.
-Bueno, aunque no sea así, valdrá la pena acercarme al mundo interior de los humanos y hacer rebrotar toda la vida auténtica y serena que reposa en ellos, esa misma, que respiro ahora en este mismo lugar, en este paraje de ensoñación, encanto y fantasía –dijo ella.
-
-Umm… Yo lo encuentro un lugar tan hermoso… La fragancia de las flores y la brisa que corretea entre la vegetación me acompañan en el camino y se filtran en la luz de mi alma. Me siento tan bien aquí, aquí me siento florecer. Y voy a seguir floreciendo en el corazón de los humanos… -dijo para sus adentros el hada, dejándose seducir por la inmediatez y la profundidad del momento presente que emanaba de ese lugar...