Los ángeles tejen un manto de luz divina
sobre el cual se recuestan nuestros sueños,
mientras la luna les sonríe
y las estrellas los alumbran.
Los ángeles nos protegen con sus alas
y nos traen bendiciones,
cuando el sol se despierta
y los primeros rayos del alba
saludan al nuevo día.
Los ángeles nos rodean en silencio
y nos cantan una nana
para que durmamos
con la confianza
de que el camino del alma
se forja en el destino
y que en nuestra misión
existe un milagro:
nosotros.