Eres una niña preciosa
con alma de hada
y corazón de ángel.
Albergas tanta belleza y bondad
que el día que naciste
el planeta se estremeció.
Tu sonrisa lo encandiló
y elevó la vibración del mundo.
Tus alas están replegadas
bajo la carne de tu espalda
y ofrecen protección
a aquellos que se acercan.
Tu luz alumbra a quienes están a tu lado.
Eres la prueba de que el cielo
se halla en La Tierra.
Vuelas en sueños
hacia las estrellas
de las que naciste.
Las añoras.
Ellas te ven como la hija de La Tierra,
mientras tus padres celestiales te envían su amor incondicional
y esperan tu regreso a casa.