Las Hadas y los Ángeles nos abren la puerta a la paz y a la transformación interna. La llave es la meditación, el silencio interior y la fe en que todo nos conduce a lo que es mejor para nosotros. La sorpresa es que el modo no suele ser el previsto y por eso a veces nos sentimos perdidos hasta que aprendemos a entender el porqué de lo que nos pasó. Pero ello no debe crearnos angustia, sino más bien conectarnos con la emoción de lo inesperado y con el desapego al ego que nos maneja a su antojo y nos empuja a comprenderlo todo como a él le conviene. El ego nos habla de separación y de protagonismo, las hadas y los ángeles, de unidad con nuestra luz interior y con cuanto nos rodea. Estos seres nos animan a conectar con nuestro ser esencial, aquello que realmente somos sin dejarnos afectar por los prejuicios, la aprobación y las exigencias de los demás.
Desde el pensamiento calmo y sereno se hace más fácil vislumbrar y adquirir esas lecciones que a veces nos apesadumbran y que requieren de tanto tiempo para su aprendizaje e integración. Concentrarse en el momento presente, perdonando el pasado y fluyendo en la atención consciente es un salvoconducto al autoconocimiento, la autoestima y la fe en uno mismo. Recuperar la fe en nosotros mismos nos llevará a recuperar la confianza en los demás, aceptándolos tal como son, de igual modo que lo hacemos con nosotros mismos, sin forzarnos ni intentar cambiarnos a contracorriente, simplemente ser y dejar ser.
Aquí os dejo un video sobre los seres feéricos. Espero que os guste: