La quietud se aposenta en cada pliegue del corazón, al respirar al unísono con el equilibrio de la energía celestial.
Cada latido emana del centro de conexión con la infinita energía en unidad con el Universo.
La respiración consciente nos sintoniza con la luz interior, calma y bella.
Cada pensamiento se filtra en el sosiego y la totalidad del momento presente.
El ser interior florece con la autoconfianza y el sentido de libertad que hermana a las almas en paz consigo mismas.
La creatividad es ese don que las hadas os regalamos cuando se fluye de forma natural al descubriros interiormente.