Libero la carga del pasado
con la luz del perdón,
rodeada del calor
de tus alas
y de tu halo luminoso.
Me abro una dimensión
divina y sublime,
a esa naturaleza mágica
dotada del poder
de la transformación
que me adentra
en una percepción
libre de juicios.
Mis emociones
se llenan de lo auténtico,
de la verdad que reside
en lo sencillo,
en el ritmo cotidiano
con el que me concilio
en plenitud
y en unidad contigo,
mi ángel guardián.