Las hadas pueden encarnar tras su existencia como hadas en este planeta. Por eso, las hadas aterrizarán en La Tierra en carne y hueso y su principal desafío será recordar sus orígenes para poder traer a este planeta la sabiduría, la magia y la luz del Reino de las Hadas que las vio partir y que espera algún día su regreso tras haber trascendido la tercera dimensión terrestre. Sin embargo, las hadas acostumbradas a la unidad, en La Tierra van a tener que lidiar con la dualidad y el sufrimiento pero también experimentarán la alegría y la creatividad y verán la inocencia no sólo en sus propias infancias sinó también en los niños con los que ellas, ahora convertidas en personas, puedan entrar en contacto en su adolescencia y madurez.
Establecer contacto con los niños es un modo de reír, de soñar y de jugar, saludando al dulce momento presente. Si un niño llora, luego lo olvida y sigue con sus juegos. Esta a va ser una importante lección para las hadas en cuerpo humano, esa capacidad de salir adelante que tienen los niños, de ser de forma natural, siempre con una sonrisa en el rostro y la mirada llena de luz. Parece así que el rencor está reservado para las etapas siguientes a la niñez, cuando el niño se contamina por las exigencias del entorno, pero las hadas, cualquiera que sea su etapa aquí de crecimiento, gracias a los grandes maestros que son los niños, los cuales viven libres de negatividad, van a aprender a perdonar, a dejar atrás, a olvidar el dolor, a soltarlo como si de una cometa que se pierde en el cielo se tratara y a permitir que cada cual siga su camino y sea tal cual es, pues la aceptación es decir sí al instante que nos acaricia con destellos de conciencia y de lucidez. De este modo, ellas instaurarán en su ahora esa visión fresca, renovada, feliz y tierna que los niños traen consigo y que es posible conservar más allá de la niñez. Por eso, las antes hadas se sentirán llenas de vida aquí en La Tierra pues los niños son tremendamente vivificantes y establecer contacto con el alma de un niño es una bendición que hace que todo sea natural y fluido y esta lección es tan importante que posibilita la apertura del ser con la misma naturalidad con que una flor se abre inocente al despuntar el alba. Por tanto, las antes hadas van a llegar a la conclusión de que los niños no sólo constituyen grandes cambios en la vida de quien los cuida, sino que son un milagro en sí mismo que merece la pena disfrutar y escuchar.
El contacto con animales también puede ilustrar a las antes hadas con valiosas lecciones ya que los animales pueden convertirse en nuestros mejores amigos y nos aportan calidez, compañía, sonrisas y juegos. No en vano los niños adoran a sus mascotas. De hecho, las hadas en La Tierra van a sentirse muy bien con los animales pues ellas suelen ser unas defensoras del respeto a las especies animales y vegetales, y en su existencia hadada conocían el lenguaje de los animales.
No obstante, tras el regalo de estas hermosas lecciones, las hadas van a tener que asumir mayores transformaciones en sus vidas humanas hasta lograr despertar su ser.
El aprendizaje en el planeta Tierra pasa por rendirse al cambio y aceptar la incertidumbre o la inseguridad como valiosas herramientas para aprender a confiar en sí mismas e integrar el hecho de que todo sucede para mejor y de que las cosas no pueden forzarse, aunque no siempre resulte fácil comprenderlo sobre todo durante el inicial desconcierto que una novedad inesperada puede causarnos.
Para lograr entender y armonizarse con los sucesos de su entorno, estas personas con alma de hada van a desplegar todos los medios a su alcance aquí para enraizarse en su lugar y destapar su luz. Lo principal residirá en mantener la calma a pesar de las circunstancias y no caer en una espiral de queja, infortunio o frialdad. Al contrario, el sufrimiento las enseñará a ser más sensibles y a tener en cuenta sus necesidades y las de los demás, a tratar de comprenderse a sí mismas y a los demás para luego poder ayudarse a sí mismas, sanar sus heridas emocionales y contribuir con su misión de vida al servicio a los demás.
Para conseguir calmar su mente, estas personas venidas del Reino de las Hadas disponen de técnicas como el yoga, la meditación, escuchar música suave, pasear tranquilamente, dedicarse a una afición o enviar energía reiki a sí mismas, a los demás o al planeta Tierra, imprimiento los símbolos en su mente e irradiando esta energía a La Tierra, visualizándola frente a ellas.
Sea cual sea la técnica elegida, practicada con constancia producirá sus frutos reflejados en una mayor paz mental lo cual acabará redundando en nuestro entorno, pues, iniciando el cambio en sí mismas, lo verán manifestado en el exterior. Desde la calma mental les resultará más fácil dar esquinazo al ego y abrazarse al ser, recordar su luz de hadas y toda aquella sabiduría que están predestinadas a dejarnos en La Tierra.
Así pues, el mensaje de las hadas es que en épocas de confusión, inseguridad o convulsión debemos profundizar más que nunca en nuestro estado de serenidad interior y llevarlo allá donde vayamos pues la paz es el mejor regalo con que podamos obsequiar a los demás.