Me abro a la brisa de las emociones
que descansan en la paz de la mente,
en la serenidad del momento,
en la entrega al ahora
que nace del corazón del ser.
Me envuelve la luz del alma
en el vuelo de la espiritualidad
entorno a una corriente apacible
de armonía interna.
Mis pensamientos anclados
en el palpitar de la vida
adoptan una percepción
que irradia desde lo profundo
de mi universo de bienestar interior.