Te escapas de mis pensamientos
y te posas en mi cabeza,
contemplando mi mundo
hasta que te percibo
y emprendes el vuelo,
enredándote en mis cabellos.
Sin embargo, tu luz se queda conmigo
y tu magia me descubre momentos fugaces
de plena conexión con la unidad del mundo.
Entonces me siento yo misma,
en sintonía con mi entorno
y en armonía con el ritmo que fluye
sereno y vital.
Me recreo con tu presencia
con alegría e ilusión
pues tus matices sutiles y bellos,
envuelven mi alma
de una sensibilidad
que me fascina y me colma.
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