Las hadas me susurran sueños de infancia
desde su mundo azucarado de caramelo, bombones y fantasía,
tras los bosques desconocidos,
aquellos donde el olor a jazmín te impregna el alma
y donde eres la dulce presa de los buenos recuerdos.
De niña las sentía como amigas de juegos
en lugares de ensueño
donde las risas y la espontaneidad
tomaban las riendas de cada feliz momento compartido.
El mando denso de la niebla
se deja caer hoy en el valle.
Todo parece misterioso y embrujado
como si la magia se hubiera esfumado.
El canto de los pájaros me acerca
a lo que me dicta el corazón,
a la libertad del ser.
El silencio de las primeras horas de la mañana
me conecta con lo que realmente soy.
En ese espacio de paz no encuentro palabras.
Autora texto e ilustración: María Jesús Verdú Sacases
Técnica ilustración: Pastel