miércoles, 8 de mayo de 2013

Los maestros invertidos según las hadas (4)


Las hadas nos enseñan que los maestros invertidos son aquellos que son invertidos porque obran desde el aspecto negativo de la balanza pero como fieles reflejos de nosotros mismos nos hacen el regalo con su actitud de informarnos en qué debemos mejorar o que debemos transcender para que no se altere nuestro equilibrio. Com suelen mostrarnos nuestros defectos, de los cuales no somos conscientes, si trabajamos y profundizamos en lo contrario a lo que nos muestran, nos enseñan a mejorar y a evolucionar.


Así pues, si un maestro invertido vocifera y emite críticas continuas, podemos aprender a hablar de forma más pausada, con un tono adecuado y a tratar de ser más prudentes en el habla, más ecuánimes, más neutrales y a no juzgar. De esta manera, lo neutralizamos. Si un maestro invertido actúa desde la ira, entonces debemos de desterrarla de nuestro interior para potenciar la paz. Por tanto, lo que a primera vista parece venir a inquietarnos, bien gestionado, puede convertirse en un toque de atención para progresar en nuestro camino de despertar.


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Según las hadas, la presencia de un maestro invertido nos indica que no es él quien debe cambiar sino nosotros. Gracias a eso, nuestra forma de pensar se transformará y maduraremos para integrar una nueva perspectiva que nos convertirá a la larga en más sabios y neutrales.

Emisores de lo paradójico, los maestros invertidos se acercan para luego alejarse o no hacerse notar tanto, si hemos superado la lección. Además, la verdadera paz es aquella que se es capaz de manifestar en circunstancias tumultuosas, que vienen a cuestionarla o alterarla y, en eso, los maestros invertidos resultan verdaderos expertos. Un maestro espiritual predica con el ejemplo pues en él cuerpo, mente y espíritu son uno, en total coherencia pero el maestro invertido no experimenta dicha coherencia sino más bien contradicción o engaño a sí mismo y, por ende, a los demás. Eso debe alentarnos a ser sinceros, honrados con nosotros mismos y a conocernos y a aceptarnos tal como somos, potenciando lo que realmente somos y sin dejarnos condicionar o influir por lo que sea opuesto a nosotros. Un maestro espiritual se conoce a sí mismo, un maestro invertido, en cambio, no ha invertido todavía el tiempo necesario para esta meta, algo que le hace actuar según los dictados de su ego. Sin embargo, un maestro espiritual a aprendido a ser, a dejar ser y a actuar desde el ser y el amor incondicional. En un maestro invertido, en cambio, el amor siempre va a ser condicional pues las riendas las maneja el ego.


El maestro invertido en su enseñanza puede venir a darnos una lección en la que puede crearse o no más karma. Si se lo crea, arrastrará a aquellos que dejen manipular por él en su juego, sólo los que logren trascenderlo, aprendiendo y no dejándose engañar ni afectar, serán más fuertes y seguirán su camino con mayor convicción, serenidad, humildad y más ligereza. En este sentido, no dejar que un maestro invertido interfiera o condicione nuestras vidas es un importante paso adelante en nuestro camino y supone un avance espiritual profundo. Comprender las razones de su actuación provocará que logremos colocarnos en una perspectiva más objetiva con respecto a él y que sus pataletas o maniobras no consigan el grado que a él le gustaría. Por el contrario, ser conscientes de que esa experiencia al igual que otras, pasará y que tras ella, seremos distintos y más maduros al haberla integrado, nos hará llegar a la conclusión de que los regalos en la vida a veces llegan por los medios más inusitados o inesperados.               
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Autora texto e ilustración: María Jesús Verdú Sacases

Texto e ilustración inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual

Técnica Ilustración: Acuarela

Más sobre los maestros invertidos (1, 2 y 3ª partes) :