Hada,
Los destellos de las estrellas me llegan al corazón y me ensancho, batiendo mis alas y elevándome hacia la luz que me hechiza.
Te descubro ahí como si estuviera en un sueño y me conmueve tu presencia apacible.
Allí todo es tan divino como los ángeles. Las estrellas, que permanecen en mi corazón, salen a bailar en círculo y llaman a las hadas para que se unan a su danza. Los duendes y los gnomos también se agregan al espectáculo sonriente donde la alegría es la diva que capta mi atención. Ella se apodera de mí y las notas de música traviesas atraviesan mi piel y me invitan a participar.
Os abrazo a todos al ritmo de mi alma, conocedora de esa partitura que cambia mi vida y que me impulsa a seguir la melodía de mis sueños: es la dulce sinfonía que escucho cada noche antes de dormirme y que hace que parpadeen las estrellas en el firmamento, ansiosas por trasladarse de nuevo a mi corazón y regresar de nuevo al círculo de la música hadada cuya orquesta interpreta la vida como un canto a la conciencia, donde cada instrumento se afina en cada paso hasta alcanzar el tono de la maestría del alma.