sábado, 31 de octubre de 2009
La luz de mi hada
Revoloteas en mi corazón,
entorno a mis emociones,
bañadas de tu luz de ilusión,
mientras permaneces espectadora
de mis pensamientos inquietos.
Me muestras mi alma
y me reflejo en su espejo
donde me veo en plenitud.
Desde el silencio
contemplo mi espectáculo interior,
cuando tus alas se despliegan
y una sensación placentera
nutre cada latido
y abro los ojos
y te siento presente...
jueves, 22 de octubre de 2009
Las puertas de los ángeles
Los ángeles me arropan
y filtran su luz
en mis emociones
y las siento ligeras,
completamente en paz.
Los ángeles
acarician mis pensamientos
con tanto amor,
que mi alma tiembla
de emoción.
Los ángeles extienden sus alas
en un movimiento de
equilibrio y de seguridad,
que se deposita suavemente
en cada experiencia del día
cuyas puertas permanecen
abiertas para siempre
a los seres de luz.
Texto registrado
lunes, 19 de octubre de 2009
A mi pareja...
Me riegas con tus besos
y me bañas con tu amor y tu ternura
en un manantial
donde fluimos serenamente.
Caminamos en un sendero de ilusión
donde las nubes se han postrado en el suelo
y lo han reblandecido.
Así que nos tumbamos en ellas
y nos perdemos en ese olor a cielo...
Nos vemos soñando
en dirección a las estrellas
y seguimos el movimiento cíclico
de la vida,
transformándonos y cambiando
en la evolución de nuestros días juntos,
siempre a tu lado,
pronunciando tu nombre.
Texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual
sábado, 17 de octubre de 2009
Un cuento: "El hada y su musa"
Del corazón de una estrella nació una musa que se posó en los pensamientos de un aprendiz de hada. El aprendiz de hada había deseado por encima de todo llegar a ser una verdadera hada. Sin embargo, empezaba a dudar... Su magia todavía no producía efectos ya que le faltaba alcanzar la paz de espíritu producto de la seguridad y de la confianza en uno mismo.
Así que la musa le susurraba que aprendiera a sentirse en unidad y a conciliarse consigo misma y, por supuesto, a no tener miedo a algo tan sencillo como ser ella misma. A veces es mejor escuchar al propio silencio interior que al ruido que hacen las habladurías de los demás.
-Si te escuchas a ti misma, encontrarás la fuerza para creer en ti –le dijo la musa.
Desde hacía algún tiempo los comentarios despectivos hacia el potencial del hada por parte de algunos brujos y hechiceros, le habían hecho desistir de sus objetivos, desalentándola de sus intenciones…
Pero la revelación de su musa le hizo reaccionar, así que voló hacia arriba, con tanta energía que llegó al sol y desde la calidez de sus rayos, la musa le susurró al oído:
-Estás preparada para afrontar tu propósito y llevarlo a cabo con coraje-.
En ese momento, el sol le mostró su amor incondicional y la llevó hasta la estrella de la cual nació la musa:
-Yo nací aquí-le confesó-. Y tú también, aunque no lo sepas-, le confesó la musa-. Así que entra en tu estrella y aprende a verte tal como eras en tus orígenes, antes de que las energías negativas de otros te bloquearan. Penetra en tu autenticidad y muestra al mundo tu potencial para ayudar a los demás.
El hada se adentró en su estrella. La percibió como si, en realidad, se adentrara en sí misma, y se reflejó en el espejo de luz de su estrella. Vio a un ser tan hermoso -era su ser interior-, que se preguntó cómo había podido ocultar durante tanto tiempo su belleza interna…
Así que el hada dejó de convertirse en un aprendiz para convertirse en una verdadera hada, que junto a su estrella y la inspiración de su musa, desarrollaron rituales mágicos que conmovieron al mundo y al universo…
Texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual
martes, 13 de octubre de 2009
El rayo que se posó en el fondo del mar
El manto de la vida
me cubre con amor
con el mismo celo
con que la bóveda celeste
protege a la noche
del acecho del sol.
De ese sol cuyos rayos
se cuelan juguetones
en el océano,
adormecido por el dulce vaivén
de las olas,
que acarician la superficie
y arrastran la luz
hacia las entrañas del mar
donde yace para siempre
en la infinitud del silencio,
seducido
por la belleza
de ese halo luminoso
con que le bendijo el cielo.
Texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual
lunes, 12 de octubre de 2009
A mi marido, mi amante, mi amigo...
viernes, 9 de octubre de 2009
El cielo de las hadas
Las hadas revolotean entorno a la caída de la noche
y se escapan hacia la luz de las estrellas
y se reflejan en el espejo plateado de la luna
y siguen jugando,
perdidas en el cielo,
hasta que el amanecer las sorprende
y con los rayos rosados del alba,
decoran sus cabellos.
Se recuestan en las nubes
donde se adormecen
y siguen descansando, ahí,
en el regazo del universo,
mientras el sol las arrulla con su calor
y siguen soñando...
Soñando desde el silencio del alma,
ese rincón espiritual,
que se hincha de amor,
cuando nos mecemos en él
y que nos adentra
en la magia y en la paz
de la corriente de sentimientos
que nos traslada a la plenitud interna...
Texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual
viernes, 2 de octubre de 2009
El artesano y la pobre chiquilla
Sin embargo, en lugar de lamentarse por su situación, él bendecía cada minuto que podía emocionarse con cada una de las bellas piezas que esculpía y que después vendía para poder mantener a los suyos. Adoraba a sus hijos y a su encantadora esposa, que siempre le servía un plato caliente en cada comida y le dedicaba la mejor de sus sonrisas. Nunca le reprochaba nada y sus hijos tampoco. Y aunque eran pocas las horas que podía brindarles, él se sentía agradecido por cada instante que la vida le regalaba junto a ellos pues el calor familiar le aportaba una confianza y seguridad únicas.
-En verdad, mi mejor obra es la familia que he creado – se repetía cada día el artesano.
Durante su agotadora jornada, miraba por la diminuta ventana cuando salía el sol al amanecer y cuando se ponía.
-¿Cómo será sentir sus rayos al aire libre, en libertad? - se preguntaba y seguía trabajando y trabajando…
Un día una chiquilla pobre de aspecto desaliñado llamó a la puerta de la humilde casita donde vivía la familia y el artesano le abrió la puerta.
-¿Podría darme unas monedas? – preguntó al artesano.
-No - le respondió –. Apenas tenemos para subsistir, pero quédate a comer.
-Por supuesto – asintió complacida su esposa.
Así que la chiquilla entró… y cual fue la sorpresa de la familia cuando descubrió su hermoso rostro, bañado de luz. ¡Era el rostro de un hada!
-Soy esa luz que miras de sol a sol, la luz de tus sueños y de tu fuerza de voluntad, la luz de la ilusión que imprimes en cada momento. Esa luz de humildad y de agradecimiento que ves al salir y al ponerse el sol y que hace que en lugar de quejarte, aprendas a reconocer lo sublime de cada momento: algo que escapa a los demás...
-Soñé contigo la otra noche… musitó el artesano.
-Sí –le dijo el hada-, era mi aviso y he venido a buscarte a tu familia y a ti para llevaros al Bosque Encantado, aquél en el que el sustento que necesitan los tuyos aparece de forma natural cada día, como la brisa de la mañana y la luz del sol, que tanto deseas sentir… Esa brisa y esa luz de tus sueños, aquellos que tú tan sabiamente y pacientemente sabes crear y compartir con humildad y bondad: esta es mi magia para ti.
Cuento publicado en Editorial Letras Nuevas de Buenos Aires (Argentina) :
http://www.letrasnuevas.com.ar/revistaliteraria01_archivos/009.htm