Me abro a lo mejor de mí mismo/a
en cada momento que florece
en la existencia
y que me muestra aspectos de mi personalidad
que antes incluso desconocía.
Confío en que la vida me trae
lo adecuado para mí,
mientras me adentro con confianza
en cada instante
el cual siento con todos mis sentidos,
sabiendo que es efímero y pasajero,
como si de un suspiro se tratara.
Esta actitud me centra en el presente
y me conecta con la consciencia
y con mi ser interior,
de modo que ya no estoy dormido/a
en el transcurso de mis días
pues los vivo plenamente.
Me siento una persona completa y próspera
y avanzo con calma y seguridad
en cada etapa
con paso firme,
convencido/a de que si me equivoco,
puedo rectificar
pues cada error
me aporta una enseñanza.
La brisa de la vida
me regala sorpresas inesperadas e interesantes
que me acercan a posibilidades maravillosas
que nunca imaginé.
Resulta divertido
tratar de dejar de controlarlo todo
y dar paso a lo desconocido
y a la magia del presente.
y estoy agradecido/a
por todo lo que me rodea
y por todos los regalos
con que la vida,
generosa y abundantemente,
me ha colmado
los cuales valoro enormemente,
al igual que los días y las noches
en que sigo presente
en este hermoso planeta
que me acoge desde que nací,
que tanto me ha dado y me da aquí y ahora,
y que debemos proteger y respetar,
en convivencia armónica de toda la humanidad,
para asegurar la preservación del medio ambiente
y la próspera subsistencia
de todos los que vivimos en él.
Texto extraído de mi libro Reflexiones de Hadas y Ángeles editado en Bubok Publishing
Más meditaciones en mi otro blog: Trabajo con seres de luz