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miércoles, 24 de febrero de 2010
El viaje con mi hada
Me llevas, hada, a un mundo
que me embota los sentidos
y me deja a la deriva de mi intuición.
La luz se filtra en mi ser
y mi mirada sólo ve
la belleza y la perfección,
que crea tu magia
en el castillo de mi imaginación
y me elevas,
serena como mis ilusiones,
cuando el alba acaricia mis sueños
y las estrellas centellean
en la placidez de la noche.
Tu halo me traslada
a la infinitud y a la profundidad,
al concepto sublime
del origen de la verdad,
acunada por lo auténtico y lo divino.
Me meces en la paz,
en un dulce susurro,
en un ritmo armónico
que me lleva como una suave corriente
a mis emociones más íntimas
en un viaje interior
donde me encuentro a mí misma
y flotando en la superficie,
te veo a ti.
Mis hadas para ti
sábado, 20 de febrero de 2010
A mi pareja
Ayer, 19 de febrero de 2010 celebramos con mi marido nuestro 15 aniversario juntos. Lo sentí como uno de los mayores éxitos de mi vida, sobre todo, porque lo siento como un éxito plenamente consolidado que me ha animado a conocerme mejor como persona, a creer en mi potencial y a luchar por mis objetivos sin dejar de lado el momento presente. Además, siempre ha estado a mi lado y sin él no sería lo que soy. Él me ha enseñado a enamorarme de la vida. Es un ser adorable, un ángel, con el cual tengo el privilegio de compartir mis días. Los estoy viviendo como un sueño eterno, que cada día cobra mayor magia e intensidad. Es como si el paso del tiempo embelleciera mi existencia junto a él y cada día doy gracias a Dios por este milagro.
A mi pareja le he dedicado muchísimos poemas de amor. De hecho, http://www.mjesusverdu.com/castella/poesia.htm del poemario de mi página web personal http://www.mjesusverdu.com está íntegramente inspirado en él.
En esta ocasión os transcribo uno de los poemas de su contenido:
Me siento bendecida
por ese rayo de espiritualidad
que embellece los segundos contigo
en cada uno de los cuales
confluyen nuestras almas.
Me llevas en silencio
a este espacio
que compartimos desde hace años
y me emociona
que conserve aún
esa magia única
que me enamoró de ti.
Texto inscrito en el Registro de
Además, acabo de escribirle este poema con motivo de nuestro aniversario:
Me siento como una princesa,
escapando de su castillo de cuento de hadas
y adentrándose en un bosque encantado,
coronada por el halo de la luna
y salpicada por las estrellas de la noche.
Me dejo llevar por mis sueños
y un sendero de luz
me adentra en la neblina
sobre la que se alza
un castillo en el cielo
y las alas de tu amor
me trasladan
delante de los ventanales sagrados,
aquellos en los que unen
música celestial y rayos multicolor
que se funden en tu rostro
y en tu alma silente y bella,
dulce expresión de ese sentimiento verdadero, estable y fuerte,
ese amor auténtico
que confluye con el infinito
y descubrió el velo de la felicidad a tu lado.
viernes, 12 de febrero de 2010
La estrella de agua del hada
Mi hada,
apareces tras tu estrella de agua
en la cual fluyen
los momentos de magia
en un curso sereno de luz y de gozo
como una bendición
salpicada por gotas de rocío
al amanecer.
Florece tu mirada
en las estrellas,
reinas del Universo,
que reposan en mis sueños
y en la infinitud de la emoción,
aquietada en mi almohada
y en el silencio de la noche.
Me brindas tu paz
como un don
otorgado por tu aliento
de generosidad,
que sopla en un nuevo atisbo de cambio
y me abre el camino
del sabor a libertad.
viernes, 5 de febrero de 2010
Cuento de la niña, la ardilla, el conejito y el ratón de campo
Un día aparecieron en su granja un conejo de bosque, una ardilla y un ratoncillo. Ellos le instruyeron sobre valores como el compañerismo y la solidaridad, poniéndole como ejemplo la actitud que mantenían estos tres animalitos, cuando las lluvias asolaban el bosque y el conejo acogía en su madriguera a la ardilla y al ratoncito, la cual quedaba a salvo de la entrada del agua gracias a las piedras, la hierba y la tierra que taponaban la entrada. El conejo, además, guardaba en su madriguera frutas silvestres y frutos secos con que alimentar a sus amigos en esta situación. Sin embargo, a él le complacía proteger a la ardilla y al ratón de campo.
A la niña le maravillaba oír estas historias del mundo animal porque hallaba en ellas un sentido de autenticidad y de nobleza que ennoblecía a sus amigos los animales. Junto a la ardilla, el conejo y el ratoncito se quedó la niñita charlando hasta que su mamá la vino a buscar para merendar. Tras la merienda la niña se fue a su cuarto a jugar. La ventana estaba abierta y la brisa le trajo el canto de los grillos, ese canto que adoraba escuchar en los días de verano, pues le llenaba de paz... y con esa paz la niña cerró los ojos y se quedó dormida.
Soñó con su granja, con su bosque y con sus animalitos. Le pidio al cielo quedarse siempre con ellos y compartir sus mejores momentos con la naturaleza salvaje acurrucada en el canto del ruiseñor y resguardada por la belleza de las estrellas. Soñó que entraba en una cueva mágica invitada por un hada y que le concedió un deseo: convertirse en el Hada de los Animales para no tener que escapar nunca de ese sueño que le robó el corazón.