viernes, 4 de marzo de 2011

Agradecimiento a Editorial Nuevas Letras de Buenos Aires (Argentina)


Quiero agradecer a la Editorial Nuevas Letras de Buenos Aires (Argentina) que haya publicado en su sección on line algunos de mis textos.

Aquí os dejo el enlace y paso a transcribirlos:

http://www.letrasnuevas.com.ar/?utm_source=&utm_medium=email&utm_campaign=41830

El encuentro con mi ángel:

Me rodeas con tus alas, mi ángel,
y me envuelves con tu halo
de luz dorada,
que eleva mi conciencia
y me desapega de mis preocupaciones.

Me infundes
una sensación de alivio
en la cual siento
como mi ser interior
respira acompasadamente,
mientras las inquietudes
se disipan
y se convierten
en paz de espíritu.




Te siento cerca, mi ángel,
y te noto presente
en este momento,
dulce y angelical,
efímero, puro y perfecto en sí mismo,
en el cual despliegas
el encanto de tu suave susurro,
que se funde con cada latido
de mi corazón.

Serenas mis emociones
y me llevas adentro del alma
donde me percibo
en el sosiego
del silencio,
único testigo
de nuestro encuentro interior.

Meditación sobre el presente

Me abro a lo mejor de mí mismo/a
en cada momento que florece
en la existencia
y que me muestra aspectos de mi personalidad
que antes incluso desconocía.

Confío en que la vida me trae
lo adecuado para mí,
mientras me adentro con confianza
en cada instante
el cual siento con todos mis sentidos,
sabiendo que es efímero y pasajero,
como si de un suspiro se tratara.

Esta actitud me centra en el presente
y me conecta con la consciencia
y con mi ser interior,
de modo que ya no estoy dormido/a
en el transcurso de mis días
pues los vivo plenamente.

Me siento una persona completa y próspera
y avanzo con calma y seguridad
en cada etapa
con paso firme,
convencido/a de que si me equivoco,
puedo rectificar
pues cada error
me aporta una enseñanza.

La brisa de la vida
me regala sorpresas inesperadas e interesantes.
que me acercan a posibilidades maravillosas
que nunca imaginé.

Resulta divertido
tratar de dejar de controlarlo todo
y dar paso a lo desconocido
y a la magia del presente.

Emano y soy amor
y estoy agradecido/a
por todo lo que me rodea
y por todos los regalos
con que la vida, generosa y abundantemente,
me ha colmado
los cuales valoro enormemente,
al igual que los días y las noches
en que sigo presente
en este hermoso planeta
que me acoge desde que nací,
que tanto me ha dado y me da aquí y ahora,
y que debemos proteger y respetar,
en convivencia armónica de toda la humanidad,
para asegurar la preservación del medio ambiente
y la próspera subsistencia
de todos los que vivimos en él.

Meditación sanadora:

Me dejo envolver
por una suave y cálida energía
que revigoriza mi cuerpo
y me hace sentir ligero/a.

Me siento en calma y en confianza
desde este estado donde visualizo
mi centro de luz espiritual
en equilibrio con el Universo.

Esta energía me rodea
y me atraviesa.

La siento
como una nube
que se traslada lentamente
en el cielo sereno.

Este manto de energía
es reconfortante
y se asienta en mi piel,
en mis poros,
en cada órgano de mi cuerpo
y me regala su luz,
una luz de plenitud interior
que me llega al alma.

Ahora esta energía se transforma
en unas enormes alas
que me elevan y me alejan
de mis preocupaciones
para llevárseme
a donde reside
la vibración del amor
en toda su pureza,
en todo su esplendor.

Esta vibración irradia con fuerza
y toca mi ser
hasta fundirse en él.

Y me siento convertido/a en amor.

Y desde esta posición comparto
mi amor con el mundo.

Meditación sobre el silencio:

El silencio recorre cada rincón
de este lugar de meditación
y su tranquilidad
me llega al alma y a la conciencia
del momento presente,
como una cálida brisa
que me apacigua el ser
y disuelve el ego.

El silencio fluye
en la corriente mansa
del agua.

Me sumerjo en ella
para bañarme en el silencio
y la calma de estas aguas,
que me limpian
y se llevan todo lo que
no me nutre.

El silencio sigue en mí
y me acompaña
en mi camino,
como un sonido relajante,
como un amigo
que siempre camina
a mi lado
sin ser visto.

Pero sé que el silencio
y la tranquilidad siempre
están conmigo,
aunque no los vea,
porque los siento
como parte de mí.

Cuento del artesano y la pobre chiquilla:

Érase una vez un artesano que trabajaba de sol a sol para poder mantener a su familia. Apenas dejaba su mesa de trabajo movido por el sincero interés que imprimía en su tarea y por el amor que sentía hacia los suyos, quienes vivían de su escaso salario. Tampoco disponía de mucho tiempo para dedicarse a sí mismo y para poder compartirlo con los suyos y ni mucho menos podía permitirse el lujo de poder sentir la brisa de la mañana deslizándose en su rostro, pues siempre estaba encerrado en su taller artesanal.

Sin embargo, en lugar de lamentarse por su situación, él bendecía cada minuto que podía emocionarse con cada una de las bellas piezas que esculpía y que después vendía para poder mantener a los suyos. Adoraba a sus hijos y a su encantadora esposa, que siempre le servía un plato caliente en cada comida y le dedicaba la mejor de sus sonrisas. Nunca le reprochaba nada y sus hijos tampoco. Y aunque eran pocas las horas que podía brindarles, él se sentía agradecido por cada instante que la vida le regalaba junto a ellos pues el calor familiar le aportaba una confianza y seguridad únicas.

-En verdad, mi mejor obra es la familia que he creado - se repetía cada día el artesano.

Durante su agotadora jornada, miraba por la diminuta ventana cuando salía el sol al amanecer y cuando se ponía.

-¿Cómo será sentir sus rayos al aire libre, en libertad? - se preguntaba y seguía trabajando y trabajando…

Un día una chiquilla pobre de aspecto desaliñado llamó a la puerta de la humilde casita donde vivía la familia y el artesano le abrió la puerta.

-¿Podría darme unas monedas? - preguntó al artesano.
-No - le respondió -. Apenas tenemos para subsistir, pero quédate a comer.
-Por supuesto - asintió complacida su esposa.

Así que la chiquilla entró… y cual fue la sorpresa de la familia cuando descubrió su hermoso rostro, bañado de luz. ¡Era el rostro de un hada!

-Soy esa luz que miras de sol a sol, la luz de tus sueños y de tu fuerza de voluntad, la luz de la ilusión que imprimes en cada momento. Esa luz de humildad y de agradecimiento que ves al salir y al ponerse el sol y que hace que en lugar de quejarte, aprendas a reconocer lo sublime de cada momento: algo que escapa a los demás...

-Soñé contigo la otra noche… musitó el artesano.
-Sí -le dijo el hada-, era mi aviso y he venido a buscarte a tu familia y a ti para llevaros al Bosque Encantado, aquél en el que el sustento que necesitan los tuyos aparece de forma natural cada día, como la brisa de la mañana y la luz del sol, que tanto deseas sentir… Esa brisa y esa luz de tus sueños, aquellos que tú tan sabiamente y pacientemente sabes crear y compartir con humildad y bondad: esta es mi magia para ti.