viernes, 14 de enero de 2011

Hadas y Ángeles



Hadas


Las Hadas son seres de luz que guían nuestros pasos. Sentirlas cerca puede significar que necesitamos cambiar alguna área de nuestra vida o simplemente, que nuestra existencia es muy aburrida y le la falta chispa, que ella pueden ayudarnos a recibir, si les abrimos nuestra mente.

Son seres juguetones, que rompen moldes y de extraordinaria intuición y sensibilidad. Por tanto, no es de extrañar que intenten llegar al corazón de las personas de similares características. Nos impulsan a dejar volar la imaginación en un mundo enloquecido lleno de egoísmo, de competitividad y de ansias de protagonismo, donde lo último que se valora es la autenticidad, la humildad y los pequeños detalles que llenan nuestra vida de sentido y que ellas nos transmiten como los mejores regalos que la vida puede hacernos.

Las hadas nos muestran con su luz que el cambio es la esencia de la vida y que, a veces, se presenta de forma un tanto misteriosa o inesperada.

La luz de un hada enternece el ser y brilla con tanta intensidad, que llega al fondo del alma, como aquella luz cuyos rayos se filtran hasta lo más profundo del mar para alimentar la existencia hasta en los más escondidos confines. Aquellos que nadie conoce.

Es aquella luz que tiene el poder de reavivarse en cada estrella ante la amenaza de la oscuridad de la noche, es aquella que tiene el don de poder fundirse con la luna para poder encender incluso hasta los corazones más tristes y de acercarnos a los sueños y a la felicidad, aquella que ellas ven con los ojos del corazón.

Las hadas nos muestran con su luz que el cambio es la esencia de la vida y que, a veces, se presenta de forma un tanto misteriosa o inesperada.

Podemos invocar a las hadas o pedirles ayuda, si lo necesitamos. Soñar con ellas es un excelente presagio.


Ángeles

Los ángeles nos transmiten una profunda sensación de paz, que cada vez necesitamos más en este mundo de agobio y prisas. Existen rezos, plegarias, cartas de ángeles y otros métodos para invocarlos. Aunque, a veces, pueden ser perfectamente sensibles a un simple pensamiento desesperado nuestro ya que son criaturas que se acercan a nosotros pues su misión es amarnos y protegernos. Pueden comunicarse con nosotros a través de nuestros pensamientos.

Todos tenemos un ángel de la guarda y creer en ellos sólo es cuestión de fe. Eso sí, nunca debemos olvidarnos de darles las gracias si acuden a protegernos.

Entre los ángeles más conocidos están el arcángel San Miguel (que nos fortalece y nos protege de los miedos), San Gabriel (nueva dirección en carrera y estudios), Uriel (para los cambios trascendentales, serenidad ante el conflicto, elevar la conciencia y alcanzar la paz de espíritu), Zadkiel (o ángeles de la alegría) o Rafael (sanación), aunque ellos tienen muchísimos más dones.

También existen los 72 Genios de la Cábala a quienes podemos dirigirnos, a cada uno en función de lo que deseemos pedirles. En este sentido, Los ángeles al alcance de todos de Kabaleb y Soleika Llop es un libro excelente.

Para comunicarnos con ellos, aparte de nuestra petición y oraciones podemos crear nuestro altar particular y encender incienso y una vela según el color que rija a cada ángel.

También podemos escribirles nuestras peticiones en una carta dirigida a ellos.

¡Lástima que el Universo no tenga una dirección o domicilio particular!