lunes, 6 de abril de 2009

La dicha del ser




Me abro a las emociones nobles
que han sido incubadas
con el calor del alma,
en la intimidad del ser,
aquellas que en el despertar de la mañana
se funden con la luz de los ángeles,
aquellas que me envuelven en su dulce sentir,
como una caricia
que me transmite la belleza de cada día
y lo entrañable y lo emotivo,
aliento de mi bienestar interior.

Me complace el silencio de los sentimientos serenos,
aquellos que se aletargan en el regazo de la noche,
donde duermen los sueños
con el infinito como vigía.

Adoro este momento
donde el transcurso de la vida se torna mágico
y la realidad es un gozo.

Una cascada de plenitud
invade mi corazón,
arropado por un círculo de amor
cuyo esplendor se despliega
en la felicidad del ahora.

Texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual


Llévate los ángeles...