sábado, 30 de agosto de 2008

La magia de las hadas







Es como si la vida
me estuviera dando un cálido y afectuoso beso,
como si me estuviera abriendo de par en par
las puertas de su corazón,
abrigándome con su amor.

Y todo porque encontré un corazón
noble y joven, que supo juzgarme
con sabiduría, serenidad, compasión, justicia
y comprensión, algo en lo que no somos
muy doctos los humanos.

Es como si ese corazón
hubiera captado el vuelo tímido
de mis antiguos sueños,
abandonados a su suerte
en el velo del olvido
y condenados a convertirse
en polvo de estrellas,
tan escondidos,
que ya habían dejado de existir.

Pero una estrella poderosa y bondadosa
los reconoció
y decidió reavivarlos con su luz benevolente,
y por eso ahora renacen
en el sol de mi horizonte.

A veces pienso, ¿me he topado con el corazón y la luz de un hada?

Un corazón
que ha provocado
que el mío estalle de agradecimiento…

Allá donde estés,
gracias por tu magia.





Llévaosla, si queréis, a vuestro espacio, y ojalá os traiga la misma suerte que me ha traido a mi...